“Rescindiremos todos los conciertos sanitarios posibles” Carmen Montón. Consejera de Sanidad de la Comunidad Valenciana.
¿Tan difícil es consensuar todas las fuerzas políticas un Plan Nacional de Salud viable? ¿Tan difícil es conseguir que lo gestionen de forma decente?
Me hago estas preguntas tras leer esta noticia publicada en el medio El País en la que la consejera hace “una declaración de intenciones” al afirmar que ella va a dirigir “ la Consejería de sanidad universal y salud pública”.
Suena bien y si es universal y a su vez es pública quiere decir que “todos” van a beneficiarse de ella y que su coste va a ser asumido por el fondo público alimentado con nuestros impuestos y retenciones. Tan público va a ser que incluso los inmigrantes que no hayan regularizado su situación también van a ser atendidos. Única condición: Estar empadronados tres meses. Y pregunta porque lo desconozco: ¿Se puede estar empadronado sin tener regularizada su situación en nuestro país? Y, ¿podrá incluso votar y decidir lo que quieren ser y hacer los valencianos, gallegos y catalanes? No quiero analizar aquí esta pregunta pero me gustaría que alguien la respondiera.
También la Honorable Consejera y, que conste que no tengo nada en su contra, manifiesta que “la gestión privada ha sido una sangría económica para la sanidad valenciana”. Es probable que haya sido así pero sí quisiera puntualizar que la mala gestión, ya sea privada o pública, ha sido la culpable de multitud de desaciertos que actualmente se van descubriendo y no sólo en sanidad.
La Medicina Privada en nuestro país es buena y también son muy buenos los gestores. No se puede generalizar: los ha habido y aún los hay de malos, muy malos y éticamente impresentables y ellos han sido, sin lugar a dudas, los culpables de la situación actual.
Me parece fantástico que la Consejera apueste por una Sanidad Universal y Pública pero la situación económica del país no sé si está para grandes alegrías.
Quizás se deba privatizar aunque no me gusta el vocablo ya que frecuentemente es sinónimo de negocio turbio. La buena gestión privada y la Medicina Privada sí pueden ser de gran ayuda hasta conseguir una Sanidad Pública correcta, pero no podemos admitir que se haga dicha medicina con medios financiados por todos y mal controlada su utilización y consumo.
La inversión privada incluso en sanidad es lícita como lo es el que quién la haga quiera obtener un beneficio de ella, siempre que sea éticamente correcta. Va a representar un copago y, por lo tanto, un ahorro para la pública y con ello una gran ayuda para conseguir el soñado consenso de un Plan Nacional de Salud.
Joan Torralba